viernes, 23 de abril de 2010

Juegos de calle


Debe ser una de esas paradojas de las grandes ciudades: me recuerdan a mi infancia.

No recuerdo ver en Gandía a los niños jugando en la calle al parchís, a las cartas o a cualquier otro juego de mesa. Es más, tampoco recuerdo verlo en Pozoblanco, lo que siempre se ha llamado El Pueblo, sí ese que todos tenemos y vamos hasta que tenemos 16 años.

Hace tiempo que sólo veo a los críos en los parques jugando a futbol, en los columpios y poco más. Luego, en sus casas, tengo entendido que pasan el día entre consolas, películas malas y violentas o viendo programas de corazón.

Así, cuando salí a tender la ropa y vi a los chavales jugando sobre el tablero, me invadió un ataque de nostalgia y me quedé mirándolos el tiempo prudencial para no ser confundido con un cura pederasta.

Ojalá hubiera un grupo de Facebook que fuera “reclamo los juegos de mesa en las calles”, aunque creo que lo mas propio sería “Grupo de señoras que gritan a los niños que se vaya a jugar a otra parte y mojan la acera después de barrerla”

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