viernes, 12 de marzo de 2010

Leyes de la Estupidez Humana

He conseguido lo que filósofos, sociólogos, psicólogos e intelectuales han buscado durante siglos, excepto en el caso de los sociólogos que todavía andan buscando algo que buscar. He logrado reducir únicamente a tres reglas el comportamiento humano. Sí, sí, ya sé que están leyendo esto boquiabiertos, lanzando exclamaciones de admiración y buscándome para, seguramente, apalearme ante el descubrimiento que les espera en las próximas líneas. Porque además he logrado sintetizarlo en unas pocas palabras.

Nos dicen que lo bueno si breve dos veces bueno. Pues toma brevedad y calidad (les confesaré que, personalmente, esta frasecita me parece una infame chorrada; yo prefiero lo bueno y duradero).

Pero a lo que íbamos, a las reglas del comportamiento humano: El ser humano no pierde la más mínima oportunidad para demostrar que es estúpido. En caso de haberla perdido y haberse dado cuenta con posterioridad, intentará, por todos los medios, comportarse de forma estúpida aunque sea a destiempo.

Hay que joderse, con lo bien que me ha quedado la frase, lo etérea y abstracta que es, ahora la tengo que estropear con algún ejemplo concreto de la vida cotidiana. En realidad podría dejarlo así, que es lo que hacen los colectivos anteriormente mencionados (desde luego que voy estrechando mi círculo de amistades y ampliando el de enemistades). Pues no voy a hacerlo, la dejaré así tal cual y quizá, con mucha suerte, mi paso por la tierra quede reflejado con alguna frasecilla en un sobre de azúcar, sacarina o cualquier sustitutivo asqueroso de los que nos depare el futuro (sacarina, barritas energéticas y bebidas con alto contenido en cafeína son claros ejemplos de estupidez humana).

Otra norma básica de funcionamiento humano: cuando crea que ha contemplado la más alta cota de estupidez, prepárese para sorprenderse con la facilidad que tiene el ser humano para sobrepasar sus propios límites.

Nunca dejamos de vencer nuestro propios límites, nunca nos damos por vencidos a la hora de hacer, usaré una palabra técnica inglesa que lo define perfectamente, The Garrulation (lease De Garruleision), y cuando caemos exhaustos y comprendemos que ya hemos sido imbéciles hasta cotas jamás alcanzadas con anterioridad, seguimos luchando y aun queremos serlo más.

Un ejemplo de esto, como también podría serlo de cualquier otra cosa, es la nueva gastronomía de autor, ya saben pequeñas cantidades de muchas cosas elaboradas con vaya usted a saber que procedimientos químicos, físicos o matemáticos. Mientras la evolución, y el hambre, han demostrado generación tras generación que el comer, y hacerlo al menos tres veces al día, es un avance hacia una vida mejor, ahora resulta que comer y, casi, quedarse con hambre forma parte de una nueva forma de entender el natural proceso nutritivo. (No se preocupe si no ha entendido nada al leerlo, yo tampoco he entendido nada al escribirlo).

Tercera regla: usted tiene demasiado tiempo libre si está leyendo esto, y yo debo tener algún tipo de inclasificable problema mental si lo estoy escribiendo para hacerlo público.

Así está el mundo, así lo veo yo y así trató de contárselo.

PD: Para cualquier queja, sugerencia o pago, monetario o en especie, diríjanse al blog http://viviendoentregatos.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario