lunes, 8 de marzo de 2010

Como en mi Casa


No negaré que lo que parecía un ejercicio de vanidad personal ( mi nombre es Diego para unos y cabronazo para otros)se convirtió en un experiencia meteorológica de lo más retro.

Casa de Diego es una de las tiendas más antiguas y tradicionales de todo Madrid (lo cierto es que no tengo la más remota idea de si esto es cierto o no, pero así en post queda muy entrañable), ubicada en la misma Puerta del Sol, enfrente mismo del relojito oficial que marca el cambio de año.

Estoy seguro que después de tantos años en pleno centro de la borrachera de medio país, y después de muchos cristales rotos, me apostaría las gónadas de mi amigo Roberto a que tienen un sistema de protección contra proyectiles alcohólicos (botellas de cava para los que estén medio dormidos, atontados o ambas cosas a la vez) arrojados en tan entrañable, multitudinaria y absurda forma de despedir un año.

Pues uno, que es de natural curioso, se acercó a ver qué era eso de Casa de Diego, como si no hubiera visto un paraguas en mi vida, y hete aquí (signifique lo que signifique hete) que me encontré con ese cartelito que pronosticaba el tiempo para el día de mañana.

Dos dudas surgieron. Una: ¿anunciaban siempre lluvia como si de una campaña de marketing se tratara? Debería haber ido más días para comprobarlo pero, además de ser curioso soy muy vago.

Segunda duda: ¿Qué hay tras última pantalla del Tetris? Esta seguro que la sabéis vosotros. Viciosos, que soy unos viciosos.

ACTUALIZACIÓN: He pasado como por casualidad y...el cartel siempre es el mismo. Que lástima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario