martes, 13 de abril de 2010

Sexo y Política


En realidad no van a leer nada de sexo, a pesar de ser primavera, pero como marketing para llamar su atención no está nada mal, ¿no? Venga no se me quejen y luego vean los programas del corazón.

Ya saben que no me gusta hablar de política, si es que se pueden hablar de política en los tiempos que corren sin discutir, pero es que últimamente veo tal cantidad de estupideces, necedades, imbecilidades y negligencias que he decidido soltar parte de lo que quiero decir a riesgo de perder amistades entre dicho colectivo (Suso y Guillermo, queridos contertulios, espero que no lo leáis o que, al menos, no entendáis nada de lo que escriba).

Vaya por delante que no quiero demonizar ni a los políticos ni a la política, únicamente a las actitudes que genera esa lucha por el poder, porque únicamente se limita a eso: a una lucha por el poder, importando muy poco, o nada, lo que el sentido común dicte o el sentido de país, patria o como sea que se le llame ahora para no ofender a nadie.

Sabía yo que si algún día escribía sobre las cosas de la política me pasaría más tiempo intentando disculparme, antes incluso de decir nada, que contando las tonterías que tenga que decir, así que voy a ellas.

Bueno, no. Antes de ir a ellas, y llevado por mi labor didáctica, decir que intentaré ejemplificar de la forma más clara posible lo que pienso. Y si hablamos de mi forma de pensar, dudo mucho que haya una forma clara de mostrar mis oscuros y abyectos pensamientos. Advertidos quedan.

Político profesional del PSOE: La crisis es algo pasajero, veremos la luz, los brotes verdes y los billetes calentitos a finales de 2008, de 2009, de 2010, del 2011 o de cuando el calendario Azteca anuncie el fin del mundo (para incrementar su cultura les diré que el calendario Azteca anuncia el Apocalipsis para diciembre de 2012)

No preocupase, no preocuparse: trabajo pa to dios, bajada de impuestos, seguridad social y barra libre en el restaurante con estrellas Michelin que usted elija.

Estamos gestionando la crisis de la única forma que se puede hacer: un día pensamos blanco y si no les gusta, pues pensamos negro. No se me enfaden, no se me enfades.

Todo es jijijeante, y jajanudo. Paz, amor y buen rollo.

Militante de base de PSOE y simpatizantes: Cabezazos de asentimiento, aplausos, oreja, rabo y vuelta al ruedo para nuestro queridísimo líder.

Político profesional del PP: ¿Corrupción? ¿De qué me hablan? Nada, nada, en caso de existir eso es una invención de los medios de comunicación, de las oscuras fuerzas que dominan el mundo, de Paco Porras o de Pocoyo después de su primer botellón. No sé de qué me hablan.

Ah, ¿en varias comunidades autónomas? Entonces no podrán negarme que el partido está unido incluso en esos momentos. ¿Que nos corrompemos juntos? Ya le digo que no se de que me hablan. ¿Que si tengo el bachillerato? Sí, claro. Ah, que corrupción es poner la mano con la palma hacia arriba para ver si cae algo por hacer algo. ¿Pero no decían que corrupción era aceptar unos trajes? Si no se ponen de acuerdo ustedes, ¿cómo nos vamos a poner nosotros? Ays, ciudadanos, ciudadanos ¿entienden ahora porque se vota cada cuatro años? Porque no se enteran. ¿Qué sí que se enteran? Ah, por eso nos votarán a nosotros otra vez a pesar de la corrupción esa, o como se diga.

Militante de base de PP y simpatizantes: Cabezazos de asentimiento, aplausos, oreja, rabo y vuelta al ruedo para nuestro queridísimo líder.

Personita de a pie, que paga sus impuestos, se toma un vinito en el bar y, de vez en cuando, escucha, ve o lee los medios de comunicación: ¿Y para mí cuando habrá trabajo? Y ¿el dinero de mis impuestos se va a amigotes del alma que luego regalan relojitos, coches o viajes al cargo de turno? Pues yo, sin duda, quiero ser político. Y, por supuesto, que quiero que mis hijos también los sean. Es decir, que la política está más prestigiada que nunca: todo el mundo quiere ser político.

Ojo, dentro de unos años los papeles se tornarán y el del PP hablará en los mismos términos de la crisis, y el del PSOE de la corrupción. Acepto apuestas, que tengo una hipoteca que pagar.

Así está el mundo, así lo veo yo y así trato de contárselo.

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